Es uno de los hombres que más respeta y admira Manuel Elkín Patarroyo, y se ha desempeñado como gobernador, senador, ministro, embajador y Jefe político. Nació en Ibagué el 28 de abril de 1920, y cursó sus dos primeros años de estudio en la escuela de Laurita Vila, una maestra virtuosa que le inculcó el rigor de la lectura. Su abuelo, Fernando Caicedo, fue suplente de Manuel Murillo Toro en el Senado de la República y su padre, Enrique Caicedo, un general de la guerra y jefe liberal que combinó la política con el cultivo de la tierra en sus haciendas.

Su tránsito por el colegio Jorge lsaacs, fundado por Narciso Viña, legendario educador, le dio la atmósfera de un medio en que la instrucción se hacia deliciosa. Después pasaría al colegio de San Simón regido por Gonzalo París Lozano, un intelectual hosco que lo agobió a regaños hasta hacerlo desistir de continuar. Único hijo varón tras dos hermanas, Virginia e Isabel aparece en la actividad pública como Secretario de Gobierno Departamental de Hernando Herrera en 1948.

Más adelante, con la resistencia liberal, forma parte del directorio de ese partido que presidía Rafael Parga Cortés e integraban, entre otros, Felipe Salazar Santos y Alberto Rocha Alvira, acuñando una frase que se vuelve consigna: Vamos a declararle la paz al Tolima. Cofundador del Nuevo Liberalismo Junto a Luis Carlos Galán Sarmiento, Enrique Pardo Parra y Rodrigo Lara Bonilla, fundador con Pablo Casas Santofimio del diario El Cronista en su nueva época y fundador de la Organización Interamericana de Energía (OLADE) al lado de los ministros de Venezuela, Perú y Ecuador, conserva, a sus 75 años, la lucidez que siempre tuvo para examinar la política, la economía y el rumbo del país, así como el de su región a la que entregó la mayor parte de su vida.