Han pasado 55 años desde que entrenó por primera vez en las legendarias piscinas olímpicas Hernando Arbeláez Jiménez de Ibagué, cuando la ciudad acogía la novena edición de los Juegos Nacionales. Hoy, con 70 años recién cumplidos, Archy volvió a cruzar esas puertas, no como visitante, sino como parte del alma del lugar.
“Nunca perdí la ilusión... muchos me criticaron por seguir creyendo en esta obra, pero aquí estoy, viéndola hecha realidad”, dice mientras recorre el escenario con ojos brillantes. Para él, cada carril es un recuerdo, cada tribuna una historia, y cada gota de agua, una medalla en potencia.
Un entrenador con fe a prueba de filtraciones
Tras el escándalo y la caída de las obras de los fallidos Juegos Nacionales del 2015, Archy y sus nadadores fueron exiliados a piscinas prestadas: conjuntos residenciales, clubes, hoteles... lugares que nunca tuvieron el alma de su templo. Pero él nunca dejó de entrenar.
“Fue una pesadilla... en cada torneo nacional me preguntaban hasta cuándo iba a insistir. Dudaban de mí, pero más de una vez les demostramos que en Ibagué también hay campeones”, recuerda con la voz entrecortada.
A veces, enseñar a nadar es también enseñar a resistir.
Una piscina que ahora sí está a la altura de los sueños
Desde la Federación Colombiana de Natación acompañaron paso a paso la reconstrucción. Y fue Archy quien, con ojo de maestro, recorrió cada rincón del nuevo escenario: el cuarto de máquinas, las duchas, los bloques de salida, la torre de clavados. “Quedamos con uno de los mejores escenarios del país”, dice sin titubear.
Y no lo dice solo como entrenador. Lo dice como padre. Su hijo, Juan Fernando González, hoy lidera la Liga de Actividades Subacuáticas del Tolima. La pasión por la natación no solo se enseñó en casa... se heredó como una misión.
Por eso, el regreso de Archy es también un símbolo. El símbolo de que los sueños pueden posponerse, pero no se cancelan. Que cuando hay vocación, ningún escenario es demasiado pequeño ni ningún obstáculo demasiado grande.
La piscina volvió. Archy también. Y esta vez, para sembrar nuevos campeones. En los próximos días, el IMDRI abrirá junto a él la nueva escuela gratuita de formación deportiva en natación. Lo que hace una década era ruina, hoy es esperanza.
Porque si hay algo que Archy ha demostrado, es que los verdaderos maestros no se jubilan: se reinventan, regresan... y vuelven a enseñar a soñar.